lunes, 22 de junio de 2009

Quebrantahuesos...¡No hay quinta mala!




Por quinto año consecutivo, he sucumbido a la magia de la Quebrantahuesos y el día 20 de Junio me encontraba en la localidad oscense de Sabiñánigo para este increíble reto de 205 Kms. por los simpares paisajes pirenaícos del Alto Gállego aragonés.
Este año creo que iba con los deberes bien hechos (5.500 kms. de entrenos desde el 1 de Enero, además de unas 30 horas de running), y mis tests en las diferentes marchas cicloturistas -Ávila, Lagos de Covadonga y Cubino- habían sido bastante positivos.
Aún así, una prueba de la tremenda dureza y exigencia de la mítica Quebrantahuesos, siempre genera sombras de dudas e incertidumbres.
Como siempre la noche anterior no pegué casi ojo de los nervios (no dormiría ni 2 horas), pero cuando tocó diana a las 5:00 sentía ganas de bici...eran buenos presagios.
La salida como siempre vertiginosa, con la ventaja añadida de que salí del cuarto cajón que se estableció por los tiempos de años anteriores, evitando algunas aglomeraciones que se producen por detrás. La sorpresa fué el terrible aire que se levantó antes de llegar al inicio del Somport, y lo que es peor, la niebla espesísima, la lluvia y el frío que hubo en los 30 kms. de descenso de este puerto. Esto hacía presagiar que no era el año propicio para rebajar mi mejor marca. Después del terrible frío que pasé bajando, afrontamos las durísimas rampas de la "dama pirenaica" (4 kms. continuos al 11% de desnivel), el Marie Blanque, que este año se subió mejor por la temperatura reinante y por el reasfaltado del útimo kilómetro y medio. Ahí nos sacaron un video (soy el participante que va de naranja por el lado derecho de la calzada)



Por primera vez en el avituallamiento del Marie Blanque miré el reloj y llevaba 3:52 lo que presagiaba un tiempo final de unas 7:40 (dicen que hay que proyectar por 2 el tiempo al llegar a este punto)...eso indicaba que podía hacer medalla de oro, pero no podría rebajar mi mejor marca.
Despúes del peligroso descenso del Marie Blanque,y algunos kilómetros de rodaje, lleguá al auténtico juez de la carrera, el larguísimo puerto -28 kms.- del Portalet. Mis sensaciones en este Puerto fueron magníficas y adelanté a multitud de participantes, pese a que tuve que parar en el avituallamiento de la presa de Artouste a reponer los botes de agua (por cierto a esta altura adelanté a Joseba Beloki, que iba haciendo la marcha con un grupo de amigos).
Los dos últimos kilómetros del Portalet, como todo los años, impresionantes, con un pasillo humano al estilo de cualquier etapa pirenaica del Tour de Francia. ¡Indescriptible!...una emoción contenida que me hacía coronar con un tiempo de 6:01.
Había recortado muchísimo tiempo, ya que desde aquí otros años había tardado aproximadamente 1 hora y 25 minutoa a meta.
Os dejo un video del último km. en el Portalet que ha hecho un participante en la edicion de este año:



El descenso del Portalet rapidísimo, aunque algo peligroso por el viento de costado que entraba bastante racheado; así se afronta la durísima tachuela de Hoz de Jaca con 175 kms. en la piernas, que este año he ascendido con buenas piernas.
Desde aquí a meta a buscar un grupo grande y a volar hasta la misma, además este año con la ventaja del viento a favor que soplaba lo que hacía literalmente rodar a velocidades de vértigo.
Como es ritual en esta marcha, a sprintar en la última recta de 500 metros que pica hacia arriba, para acabar con un tiempo final de 7:21:22.
¡He batido mi mejor marca! y todo ello en un año donde las circunstancias no han acompañado demasiado. Por poner una referencia el ganador del año pasado Mikel Azparren, este año ha invertido 32 minutos más en completar la Quebranta y aún así ha sido tercero.
Por eso creo que he tenido piernas para bajar de 7 horas, pero aún así he vuelto muy contento y, cosa que no me pasaba otros años, con ganas de bici...pero también de vacaciones (que hay tiempo para todo).
A ver si puedo acompañar este relato de algunas fotos que estoy pendiente de conseguir.

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